Para eso ya están los maestros de atención a la diversidad…
Como viene siendo habitual desde hace ya unos años, colaboro con la revista Aula de Innovación de la Editorial Graó escribiendo un artículo trimestral.
En este caso, el número 313 de la revista recoge un artículo llamado «De dentistas y cardiólogos. ¿O se trata de coordinación?»
Os dejo el artículo completo en la revista, y una versión ampliada en este post.
Para eso ya están los maestros de atención a la diversidad…
La atención a todo el alumnado del aula pasa porque todas las personas docentes de un centro educativo pongan todo su conocimiento a disposición del proceso de enseñanza y aprendizaje que debe producirse en el aula. No dejar a ningún alumno/a fuera requiere aceptar que en el aula tenemos diversidad y que esta es la tónica predominante. Entender que las aulas son diversas nos genera a los docentes una necesidad inequívoca: atender a la diversidad forma parte de nuestro trabajo. La docencia es una profesión que no solo exige conocer la materia que se imparte, y de la que se es especialista, sino que también exige saber cómo transmitirla a todo el alumnado.
Sin embargo, cuando hablamos de diversidad solemos asociarla al alumnado con dificultades o con discapacidad, creando un constructo equivocado en el que la diversidad es un saco donde están metidos los diversos, todos los etiquetados. Y para este alumnado diferente se crean especialidades docentes diferentes a las que se les encomienda su atención educativa. Pero esta atención debe consistir en apoyar todo lo necesario para que progresen en los aprendizajes que desde el centro se le proponen.
Cuando se plantea que todo el profesorado debe atender a la totalidad del alumnado de su aula es muy frecuente oír expresiones como que el profesorado especialista es conocedor de su especialidad, y que para atender a la diversidad ya están los especialistas en atención a la diversidad. Y bajo este planteamiento, los argumentos giran en torno a que pretender que un especialista en Historia o en Matemáticas sepa atender a un alumno con Síndrome de Down o Autismo es lo mismo que pedirle a un cardiólogo que le extraiga una muela a un paciente.
Y casi que podría ser hasta convincente, si no fuese porque se confunde el objeto de comparación en esta afirmación. Si lo trasladamos al aula, podría igualarse a una afirmación como que sería igual que pedirle a un docente de Matemáticas que explique Historia a su alumnado, ya que no es su campo de conocimiento, igual que el campo de conocimiento de un cardiólogo no es la odontología. Hasta aquí casi que podría colar.
Pero todos podemos entender que, si a la consulta de esa dentista acude una persona con Autismo, la doctora nunca pensará que la muela se la debe extraer un especialista en personas con autismo. Entenderá que podría necesitar el consejo e incluso la ayuda de algún experto en comunicación o en habilidades sociales de las personas con TEA para poder realizar su intervención con mayores garantías de éxito. Pero que la muela se la tiene que extraer esa doctora, jamás lo pondríamos en duda, porque ella es la experta en extracciones dentales. Solo faltaría que el experto en comunicación tuviese, además, que saber sacar muelas.
Pues el planteamiento es exactamente el mismo para un experto en Matemáticas. El conocedor de la materia es él, y es él quien debe impartirla a todo el alumnado, incluido el que tiene TEA. Y si necesita consejo o asesoramiento puede solicitarlo, pero ajustar su programación para que este alumnado también aprenda es tarea exclusivamente suya.
El problema es que confundimos completamente lo que significa la coordinación que debe darse para atender a la diversidad, con las funciones que cada docente tiene encomendadas.
Y así llegamos equivocadamente a la creencia de que para atender a la diversidad están los PTs y ALs, y para explicar la materia están los especialistas en materia.
Y en este círculo, la coordinación queda relegada a determinar cuándo se va a sacar al alumno del aula para que el no especialista en Matemáticas (docente de atención a la diversidad) imparta el área que no le corresponde impartir, y el especialista en Matemáticas quede liberado de atender a la diversidad de su alumnado.
Una vez más has expresado con un ejemplo claro y conciso lo que muchos nos peleamos por explicar y, la mayoría de las veces, no encontramos las palabras adecuadas.
Gracias!
Totalmente de acuerdo , para ello es muy importante disponer en nuestro horario de tiempo de coordinación entre el profesor/tutor y el especialista y muchas veces se carece del tiempo necesario para favorecer dicha coordinación. Siendo esto una desventaja para todos, incluido el alumnado que al final es el más perjudicado.
Así es, tal y como lo cuentas. Más claro no se puede decir